11.1.07

Galería de Personajes (III) : RAMÓN PAREDES

Es bien cierto que los últimos años de la década de los 60’s y los primeros años de los 70’s fueron de oro para el deporte del motor. Culminada la reconstrucción y reindustrialización de Europa tras la guerra mundial, la industria del automóvil marchaba boyante en todos los países, y el nuestro también se benefició –aunque menos- de este crecimiento. La competición automovilística en su papel de escaparate y banco de pruebas llegó a unos puntos de abundancia de recursos y refinamiento tecnológico notables, y eso con unos precios aun asequibles para el aficionado. Recuerdo que un litro de gasolina súper no superaba las 20 ptas. de entonces, y un buen neumático radial las 300 ptas., lo que hacía que darse un buen atracón de kilometros, o pulir unas ruedas de goma racing entrenando no fuera un descalabro para el bolsillo, y tampoco lo eran las facturas de taller o el precio del recambio –otra cosa era dónde conseguir las piezas-.
La consecuencia de esta bonanza fue una nutrida representación de participantes en todas las modalidades de la competición, y la especialidad de los rallys ya entonces era una de las más apreciadas. Muchos talleres y concesionarios de la época desarrollaron "coches de carreras", y al calor de esta abundancia fueron apareciendo excelentes pilotos capaces de obtener rendimiento a estos coches tan radicalmente diferentes y sin embargo tan parecidos a los que veíamos circular por nuestras carreteras de entonces.
Hoy agradezco sinceramente a Ramón Paredes, buen amigo y excelente deportista, el propiciar otro “post” de esta Galería de Personajes y haber dedicado unas letras y fotografías. Junto a muchos otros brilló en aquellos años en el mundo de los rallys en Valencia, y pilotó uno de los coches más evolucionados y eficaces de la época, un Alpine 1440 que era la envidia de todos los que por entonces vivíamos este ambiente con conocimiento del tema, y con él que consiguió ganar el Campeonato de Levante de Rallys de 1973.

Ramón Paredes escribe :
“”Mi afición a los coches en general y en particular a la competición se podría decir que es desde siempre. Empecé viendo rallyes como espectador con mi amigo Adolfo Masip en época de la mili y con 20 años.
Por entonces compré un SEAT 850 Coupé blanco de segunda mano, y ese fue mi primer coche. Mas tarde el ALPINE RENAULT A110 de serie, y como anécdota recuerdo que entonces costo 214.000 Pts. Quien lo pillara hoy por ese precio!.

Viendo y viendo rallyes y subidas en cuesta , contemplé la posibilidad de entrar en el mundillo racing . El primer contacto fue con la escudería CITRA y Alfonso Olcina. Al poco tiempo comencé con alguna toma de contacto en regularidad y subidas cronometradas, y esto me decidió a la primera preparación y acondicionamiento del coche para la competición. No se me olvida, inicialmente lo hizo un bohemio mecánico californiano al que todos llamábamos, y el mismo se hacia llamar “El Indio” (John Rickards). Optamos por un ligero aumento de cilindrada a 1440 cc., el resultado fue francamente desastroso y tuvimos diversas roturas, pero sobre todo quemábamos la junta de culata . Esto me llevó a Francia para conseguir material y juntas de mayor resistencia….
Hasta que me decidí a llevarme el coche a un taller serio de profesionales, ya tenia referencias de él, y acabé en Talleres PARRA. Allí replanteamos la situación , se repasó la preparación del coche y sobre la misma base y juntas nuevas comenzamos a trabajar. Para entonces ya había conseguido implicar a todo el taller con Santiago a la cabeza de sus mecánicos, y a algunos amigos y pequeños patrocinios.
Con un ligero paréntesis continuamos compitiendo en subidas y en rallyes, hasta que tome la decisión de dejar las subidas que requerían coches de mayor potencia y centrarme exclusivamente en pruebas para coches de características más versátiles. Además porque los rallyes de entonces eran pruebas de mayor duración, diversos terrenos, asfalto, tierra, día, noche, climatología cambiante y en definitiva todas las circunstancias que rodean esta especialidad que ponen a prueba las habilidades, el tesón y la osadía del piloto. En definitiva toda una apasionante aventura que en su conjunto valió la pena.

Cronológicamente comencé en el año 1971 con los primeros tanteos y en el año 72 ya hicimos algún 2º y 3º puesto .En el año 73 lo ganamos todo incluidas las dos pruebas nacionales, Rallye Fallas y Rallye 500 Km. Nocturnos de Alicante que al ser los de mas alto coeficiente nos llevaron a ganar el Campeonato Regional de Rallyes de Levante, cuya Federación entonces comprendía Valencia, Alicante, Castellón, Albacete y Murcia (Cartagena). El año 74 lo comenzamos ganando el Rallye SAICA, luego un error nos impidió inscribirnos en el Rallye Fallas que tenía el mayor coeficiente de la temporada lo que nos hizo perder opciones para revalidar el titulo. En el 75 los coches fueron evolucionando en potencia y prestaciones y se comenzaba a alternar las pruebas de asfalto con las de tierra .
Esta evolución, en coches y en tipo de pruebas requería un poco mas de infraestructura en el equipo por lo que esta temporada nos llevo a resultados entre el 2º y el 5º puesto, incluyendo un vuelco espectacular por querer apurar mas de la cuenta. En este año 75 corrí mi último rallye.
Vendí el coche y lo dejé definitivamente .
Tuve la idea de comprar otro coche y seguir compitiendo, pero estudiando las posibles opciones la competición comenzaba a extralimitarse y a salirse del ámbito amateur, precisando cada vez más apoyos y profesionalizándose poco a poco.
Por tanto estuve cinco años en esto, y corrí con cinco copilotos que en su recuerdo citaré. El primero fue Adolfo Masip , un poco el introductor, y a continuación Pereira con un solo rallye. Fernando Cort “NANO” fue con el que más rallyes he corrido y sin duda el que con más minuciosidad y rigor se planteaba su labor. Con Fernando conseguimos el Campeonato 1973 de Pilotos y Copilotos. Con “El Fino” solo corrí uno o dos rallyes, y por ultimo con Boro Ferrando en la ultima etapa y al que sentí no poderle dar mas alegrías .

Esto podría ser, de una forma escandalosamente acelerada, el relato de este periodo que lógicamente está lleno de anécdotas y particularidades y que ocupó una etapa muy intensa de mi vida, cuyo balance fue muy positivo, y que dejó experiencias y recuerdos inolvidables. En definitiva una aventura y experiencia únicas.””

Preparado por Talleres Parra, que se encargaban tambien de la asistencia en carrera con la colaboración de la Escudería Citra –de la que fui miembro mientras se mantuvo activa- y excelentes copilotos, el proyecto de Ramón Paredes brilló en el panorama regional de rallys en 1972, 1973 y 1974. Luego como nos relata, la falta de apoyos y los nubarrones que comenzaban a vislumbrarse en este deporte le apartaron temporalmente y luego le hicieron desistir “casi” definitivamente.
Seguramente en lo que sucedió tuvo bastante que ver la coyuntura económica de aquellos años, especialmente un suceso que lo precipitó todo, una de las crisis energéticas más importantes del siglo. En 1974 la OPEP (Organización de Países Productores de Petróleo) decidió unilateralmente subir el precio del crudo de forma desmesurada, el barril de crudo subió de la noche a la mañana de 12 $ a casi 40 $, el desastre fue total, el frenazo al desarrollo industrial y urbano en los paises industrializados fue muy significativo, y aunque nuestro país disfrazó un poco el hecho intentándo minimizar sus consecuencias, la crisis llegó y tanto. Y claro está, el mundo del automóvil sufrió un grave descalabro, las ventas bajaron a niveles preocupantes, los precios se dispararon –el litro de gasolina pasó de 20 ptas/l a 45 y más ptas/l, un neumático aceptable costaba ya 800 ptas., las marcas dejaron de tener intereses mediáticos en la práctica deportiva, y qué equipo aficionado o semi-profesional podía sostener estos gastos?.
Aquella coyuntura marcó la evolución tecnológica en el mundo del automovil y el deporte del motor por más de una década, las pequeñas escuderías, los concesionarios y talleres patrocinadores, los concursantes amateur . . . tuvieron que jubilar sus “petardos”, y los pilotos que habían aprendido a conducir y llevado a competir a buen nivel aquellos automóviles de ensueño se tuvieron que dedicar a otra cosa, en casi todos los casos a sus labores profesionales y a la práctica de otros deportes, en el caso de Ramón su despacho profesional de proyectos, la música y la navegación a vela.

Juanma Juesas